José Soto. Asistimos con perplejidad una vez y otra al constante posicionamiento antiVox en la Asamblea de la Ciudad, es decir, la Voxfobia, incardinada en esos partidos que se dicen democráticos cuando muestran un ejercicio constante de lo contrario. Renunciando al carácter representativo de defensa del interés general y de velar por el bienestar de los ciudadanos que dicen representar, reinciden en cada Pleno de la Asamblea en una muestra de cómo se llega a la perversión del sistema democrático, oponiéndose a todas las propuestas que platea Vox por el mero y peregrino hecho de su procedencia, sin importarles el alcance de la misma ni la defensa del interés general.

Este es el panorama que comparten el PP, PSOE, MDyC y Caballas (por mucho que quieran lavarse la imagen con «Ceuta ya» porque es lo que menos les preocupa Ceuta). En este galimatías de despropósitos, incapaces de mostrar criterio democrático y ajenos al interés general, vulneran una y otra vez propuestas que van en beneficio de la ciudadanía a la que tanto invocan y siempre desprecian. En este gran circo hemos asistido con estupor cómo se rechazan propuestas que antes ellos mismos apoyaron en el ejercicio más solemne de la contradicción y el desatino: la municipalización del servicio de autobuses fue un ejemplo claro hace pocas semanas.

Posteriormente, la tambien municipalización del servicio de adjudicación de la limpieza viaria de la ciudad, (según una denuncia de algunos miembros del PSOE con ocasión de las primarias que ganó Manuel Hernández con los votos cautivos de los empleados de Trace dirigido a su Comité Federal) en manos de una empresa cuyos servicios tradicionalmente siempre están bajo un halo sospechoso de presunta prevaricación y cohecho, y que en la denuncia enviada a la Federal del PSOE así se decía: manchaba el buen nombre del partido al afiliar a un tercio de la plantilla lo que suponía también un tercio de la militancia socialista.

Con estos «amarres» y desvergüenza, el mullidor de toda esta operación de verdadero desacato a su propio partido, Juan Gutiérrez, aún tiene la desfachatez de «intoxicar» a sus propios compañeros de Trace con argumentos engañosos (nada nuevo bajo el sol como tónica general del PSOE de Pedro Sánchez donde la mentira prevalece como una cuestión de deshonor flagrante), diciéndoles que habrían de superar un examen en caso de municipalización lo que para los afectados supuso un terremoto peor que el de La Palma dada la poca instrucción de un alto porcentaje de ellos.

Una forma más de manipular a quienes, poco informados y ajenos a los intereses espurios de algunos, son fácilmente manejados por quienes ejercen falta de escrúpulos y se proclaman virreyes en un liderazgo adecuado para ingenuos.

Cada vez que compruebo cómo se rechazan propuestas de Vox por el simple hecho de que las plantea esta formación política, me avergüenzo de los políticos que ocupan escaño, de quienes nos representan con tanta falta de valores y principios, a la vez que reflexiono si esta tierra no se merece algo mejor que esta medianía en precario o donde está, para ellos, ese interés general que al que tanto aluden y no ejercen.

La sensación es que se les ha entregado un voto en blanco y ellos se dedican al dispendio de una voluntad popular vulnerada por el sectarismo más horroroso o el dogmatismo indecente de gentes sin escrúpulos que solo defienden su ego y sus propios intereses personales y familiares. Por ello, ya son muchas las voces desde la izquierda y desde el PP que, en la calle, difunden un mensaje de indignación, hartazgo y repulsa para quienes parecen no salir de su urna de cristal ajenos a la realidad social de Ceuta. Esa mayoría que se dice silenciosa está tomando muy buena nota de quienes son y a qué intereses están entregados como rehenes de su inmoralidad perversa.

La marea de quienes consideran que Ceuta no se merece estos políticos ni esta política que aplican de manera torticera, es cada vez más abrumadora y tiempo al tiempo, si el «sorpasso» contra la indignidad y la manipulación no revierte una situación actual de verdadero síntoma de mediocridad y patología política peor que la COVID.

Lapidar a Vox por sistema es contraproducente para los intereses generales. ¿No hay ni una sola propuesta de esta formación política beneficiosa para Ceuta? ¿Es tanta la ceguera perversa del odio que destilan los partidos mencionados para rechazar por sistema, en ese frente común antiVox, mociones de interés social? Son tan necios que prefieren mantener en el chantaje empresarial al ayuntamiento a todos los trabajadores de Trace y continuar con la precariedad que sufren los de la empresa de autobuses, antes que mejorarles su calidad de vida y garantizar su estabilidad laboral. ¿Estos son los socialistas o los socialiastos? Se impone una revolución electoral contra tanto desaprensivo.

Ni Ceuta se merece a estos políticos ni la sociedad puede aguantar durante más tiempo esta dinámica que nos lleva al precipicio en una debacle sin solución de continuidad. Hay que despertar conciencias en letargo y actuar en consecuencia. Quedar en manos de cuatro desaprensivos con manejos a su antojo es una verdadera temeridad y la peor condena para una ciudad que quieren dejar todos ellos sin futuro. Merecemos otro horizonte y muchísima más ilusión.