José Soto. Decía Salvador Dalí, ese genio tan inverosímil: «Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí, aunque confieso que me gusta que hablen mal porque eso significa que las cosas me van muy bien» Y apostillaba que «de los mediocres no habla nadie, y cuando lo hacen sólo dicen maravillas».
Esta semana han sido muchos los medios nacionales que han aludido a la famosa frase de la Delegada del Gobierno, Salvadora Mateos (madre de la jefa de prensa del PSOE de Madrid, Maritcha Ruiz Mateos, a la que dicen le debe el puesto donde cada día muestra más incapacidad), sobre las empleadas de hogar, que originó un torbellino de críticas de los partidos más progresistas, que calificaron a la incapaz Ory por sus palabras sobre «las muchachas» de inaceptable, clasista, faltona y bochornosa. No cabe en quien debería ser feminista, tratar con tanto desprecio a una clase trabajadora que se gana la vida como mejor sabe y puede. El PSOE local, tan desmadrado en visitar barriadas guardó silencio durante más de una semana para después tratar de justificar lo injustificable. Y Ory se salió por la tangente para decir que hablaba con lenguaje coloquial. Un lenguaje denigrante y absolutamente inaceptable en una socialista, que lleva en las siglas de su partido lo de Obrero pero que cada vez se olvida más de los obreros, a quienes arruina.

La cesta de la compra, la inflación, las tarifas eléctricas, el empobrecimiento en suma al que nos lleva el partido de los obreros, es el sarcasmo más descarado y falso que podíamos imaginar.
Con el afán recaudatorio ahora Irene Montero tiene la ocurrencia de arremeter contra quienes compren joyas o abrigos de pieles para que paguen el doble impuesto (uno cuando adquieren esos objetos y otro por poseerlos).

En esta deriva de incapacidad manifiesta y sinsentido, estos saqueadores de bolsillo ajenos, arremeten en el IRPF como novedad contra los que hayan obtenido ganancias con la criptomonedas. ¿No decían que eran una estafa y que no había que jugar a ello? Ahora sí les interesa meter mano en el bolsillo y a nivel fiscal «chupar» de lo que antes renegaban, como tantas otras veces en distintas circunstancias porque estos socialistas son el dónde la contradicción. O sea que si dicen ahora que no habla elecciones y agotaran la legislatura, quiere decirse que las adelantarán con la inflación por las nubes y la deuda pública desorbitada. O sea, el desastre nacional a nivel de calamitosa gestión política por incapacidad manifiesta y deriva política.

Imbuidos en lo ideológico y en la política de escaparate, este PSOE es la destrucción del sistema y del estado de bienestar. Atribuyen a la guerra de Ucrania todos los males y ellos sí que son una pandemia insufrible y perniciosa. Estamos peor que nunca a nivel de economía doméstica y aún hay quienes tendrán pensamientos de votarlos, cuando en realidad, habría que botarlos (término de expulsión) en vez de mantenerlos para que nos esquilmen.

No se entiende una sociedad que no pase factura a estos filibusteros y mentirosos que solo saben enriquecerse a cuenta de todos nosotros y no son capaces ni quieren de bajarse sus sueldos o anular unos cuantos de los 23 Ministerios que crearon (el mayor número en toda la democracia), para enriquecerse como buitres carroñeros a cuenta del trabajador que madruga y gana el sueldo con el sudor de su frente. esta caterva de impresentables han de desaparecer de nuestro horizonte vital. Son una lacra social y política.