Los «idioters» de la derecha

Arnaldo D. Torroja. El final de la semana «laborable» nos ha deparado un espectáculo singular, la lucha cainita y a muerte de una banda de «chiquilicuatres», Aguirre Dixit, que por casualidades del destino y de ese cainismo endémico propio de quienes nada tienen y todo se creen, llegaron a la cúspide de la formación de la pavana.

Desde luego que los Casado, Egea, Ayuso e incluso el fontanero Carromero, no han de ser los únicos responsables del tétrico, ridículo y no por ello menos grave, espectaculo con el que se ha encontrado el ciudadano, mientras hacían cábalas con los resultados castellano-leoneses o preparaban la excursión dominguera, aprovechando la calma que precede al temporal, en este caso al climático, que se prevé para la próxima semana.

Sin lugar a dudas que gran parte de la responsabilidad aludida, recae en ese paisanaje elector de la mal llamada «derecha», que con muy poco criterio y mucha visceralidad, se decanta por según qué siglas o candidatos en función de la costumbre, cabreo o de lo ceñido del vestido o pantalón. Sin pararse a valorar o cuestionar el contenido de un embotellado que por lo general, se ha venido tragando sin chistar, durante décadas.

Hace tan solo un par de años reconocerse «casadista», para los de las tragaderas, claro está, era símbolo de renovación y carácter ante una casta «popular», rajoyana y sorayista, considerada decrépita y acobardada. Poco duró la alegría y en menos que «cantó un gallo», Casado paso a Divorciado y todos los que picaron se quedaron con esa cara de idiota a la que por lo general suele recurrir el votante derechon, elección tras elección. Y con esa misma cara andaban cuando apareció Ayuso, la «canina tuitera» encumbrada por el ahora Divorciado, que «a los postres» y no a la postre, sin copa y puro, le ha salido rana.

La chica para todo ha conseguido comerle la tostada al hacedor, consiguiendo de un plumazo, con más de «ceñido continente» que de «lustroso contenido» y por obra y gracia del virus chino, de algún chino listo, del tamdem Sánchez-Iglesias y de un avezado equipo comunicador, poner a desfilar al son de su flauta, como una verdadera hamelina, a esos que pasaron de «casadistas» a «idioters» y de ahí a «ayusers».

Todo un recorrido idiotizado que dista mucho de acabar en algún momento, ya que el «idioters» derechon, antes «casadista» y ahora reconvertido en «ayusers», es el único espécimen terrestre que tiene como hábito adquirido tropezar con la misma piedra, tantas veces como haga falta.

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