
EAC. En un momento en que el Estado liberal parlamentario se muestra incapaz de unir a la nación, rehén de la partitocracia y fragmentado por identidades enfrentadas, la obra «El Estado Nuevo» de Víctor Pradera resurge como un faro doctrinal para quienes anhelan una España sólida y vertebrada.
Publicado en 1935, este texto reúne discursos, conferencias y escritos en los que Pradera articula un modelo político inspirado en el corporativismo católico, el foralismo tradicional y la estructura orgánica de la España histórica. Frente a la representación individualista y dispersa del parlamentarismo, propone un Estado integrador que recoja las instituciones naturales —familia, municipio, región— y las una bajo una monarquía que actúe como garante de la cohesión nacional y de los valores permanentes.
Pradera defendía la necesidad de “constituir un Estado nuevo”, evocando el ejemplo de los Reyes Católicos como máxima expresión de unidad y fortaleza política. Para él, la nación era una comunidad orgánica en la que derechos y deberes se entrelazan, subordinados a un orden moral y espiritual que da sentido a la vida pública.

Su obra no es un simple ejercicio de nostalgia. Es una propuesta de futuro, consciente de que la fortaleza de España depende de un Estado que no sea mera gestoría de intereses partidistas, sino columna vertebral de la nación. En contraposición a un liberalismo que degenera en debilidad, el modelo que se propugna en esta obra aspira a una soberanía que integra, articula y proyecta la identidad nacional.
Como así afirmara un contemporáneo suyo, Pradera fue como “una antorcha siempre encendida en el altar de la Patria”. Hoy, su pensamiento sigue ofreciendo una brújula frente al desconcierto, recordándonos que sin unidad política no hay proyecto nacional, y que sin raíces no hay futuro.
Ante el proceso que vivimos de defección y decadencia nacional, la obra de Pradera no solo reivindica una España fuerte: nos recuerda que esa fortaleza solo es posible cuando el Estado se construye sobre los cimientos firmes de su tradición y su destino histórico.