
EAC. Hoy, 23 de julio, rendimos homenaje con solemne respeto y profunda admiración a los héroes del Regimiento de Caballería de Cazadores de Alcántara nº 14, quienes en 1921, durante la tragedia de Annual, protagonizaron una de las gestas más heroicas y trágicas de la historia militar española. Aquel día, hace ya 104 años, 691 jinetes, sabiendo que marchaban hacia una muerte segura, cargaron una y otra vez —hasta en siete ocasiones— contra un enemigo superior en número y posición, en las orillas del río seco Igán.
Estos hombres, conocidos desde entonces como los Centauros del Igán, no dudaron. Cuando los caballos agotados ya no podían galopar, combatieron al paso. Cuando ni eso fue posible, pelearon pie a tierra, sable en mano, hombro con hombro, sin vacilar. Veterinarios, músicos, todos sin excepción —aun sin formación de combate— se unieron a la lucha. Cayeron casi todos, pero cumplieron con su deber hasta el último aliento.
El entonces comandante Fernando Primo de Rivera arengó a sus tropas con palabras que aún hoy estremecen:
“¡Soldados! Ha llegado la hora del sacrificio. Que cada cual cumpla con su deber. Si no lo hacéis, vuestras madres, vuestras novias, todas las mujeres españolas dirán que somos unos cobardes. Vamos a demostrar que no lo somos.”
Y lo demostraron. Con sangre, con coraje y con un espíritu inquebrantable, defendieron a las columnas en retirada desde Driuch a El Batel. Cuando todo parecía perdido, renacieron como titanes del honor. Su gesta no fue un simple acto de valor militar: fue una declaración eterna de la fortaleza, el pundonor y la fidelidad al deber que late en el corazón de nuestros soldados.
La concesión de la Laureada Colectiva de San Fernando al Regimiento de Alcántara, aunque ciertamente tardía – se le impuso en el año 2012 – no fue un premio, sino un reconocimiento justo y necesario. Porque cuando la adversidad arrecia y el deber lo exige, los españoles no retroceden: se crecen, se elevan, y son capaces de las mayores hazañas por mantener en lo más alto la dignidad y el honor de la Patria.
Hoy, al recordar a los Centauros del Igán, no solo miramos al pasado. Miramos también al presente y al futuro. Que su sacrificio nos inspire, que su memoria nos recuerde lo que somos capaces de hacer cuando permanecemos fieles a nuestros valores. Que su ejemplo ilumine siempre a quienes visten el uniforme de España.
Honor y gloria eternas a los héroes del Alcántara. Que su gesta nunca se olvide.