EAC. Hoy se cumple un nuevo aniversario del alzamiento militar iniciado el 18 de julio de 1936, liderado en su planificación por el general Emilio Mola y que derivó en una guerra civil que marcaría a fuego a toda una generación y al rumbo de España.

Lo que comenzó como un intento de implantar una dictadura militar —sin claridad sobre si quedaría república o monarquía— terminó deviniendo en una guerra de tres años que puso fin a la Segunda República e instauró un nuevo régimen totalmente distinto al anterior, de corte autoritario, liderado por el General Francisco Franco. Para muchas familias, tanto de un bando como de otro, el acontecimiento supuso una ruptura traumática y dolorosa.

Sin embargo, también conviene reconocer que de aquellas dolorosas cenizas surgió, en las décadas posteriores, un proceso económico y social que transformó profundamente a España. Durante los años cincuenta y sesenta, el país se incorporó al crecimiento occidental, experimentó una modernización acelerada en infraestructuras, industria, educación y bienestar, y dejó atrás el retraso relativo que lo mantenía al margen de Europa occidental.

Este desarrollo, permitió colocar a España a la altura de las democracias avanzadas europeas en muchas áreas. Jornadas laborales reducidas, expansión educativa, mejoras sanitarias, crecimiento urbano y un entorno más abierto que acercó a la sociedad española a las realidades modernas del continente.

Hablar de memoria historia exige hacerlo con honestidad. Reconocer el horror vivido por una generación, con todos los reveses que supuso, no excluye apreciar que, después, muchos hombres y mujeres trabajaron para levantar un país en ruinas, reconstruyendo instituciones y apostando por un futuro en paz y prosperidad.

Este 18 de julio no es una fecha para el silencio. Es un día para recordar y reflexionar sobre los peligros de volver a reeditar los errores cometidos, sí, pero también para valorar cómo, tras un pasado traumático y dividido, España logró estructurar las bases que la encaminaron hacia la modernidad. En esa trayectoria, la sociedad española emerge como una de las más desarrolladas de Europa occidental, con logros que no hubieran sido posibles sin dejar atrás el caos, la inestabilidad y el atraso que supuso para España el régimen republicano

En el recuerdo, abrazamos el compromiso con la concordia. En la mirada hacia adelante, valoramos la capacidad de redención histórica, de reconstrucción y de integración nacional. Que esta efeméride sirva para reafirmarnos en la determinación por consolidar el patrimonio que heredamos de nuestros mayores, quienes con su enorme sacrificio, nos legaron una nación unida, moderna y desarrollada.