
José Soto. Esta semana hemos asistido al esperpento de un Pleno donde la Voxfobia ha sido la característica dominante como en tan tas otras ocasiones. Por segunda vez llevaban los de Abascal la municipalización del servicio de autobuses y nuevamente fue tumbada por PP,PSOE, MDyC y Ceuta ya. Los que se dicen «demócratas» que se dejan llevar más por sus propios intereses antiVox que por el interés general dieron una prueba más de su ideología selectiva. En el colmo del despropósito, el PSOE dice ahora que hay que mejorar las condiciones laborales y la flota de autobuses, «Ceuta ya» reclama una comisión de estudio (cuando algo no se quiere arreglar, hay que promover comisiones de «comecocos») y el PP, siempre aludiendo a las cuestiones económicas prefiere dilapidar dinero público en empresas inviables a afrontar con decisión medidas eficaces.
En este desvarío, también los sanitarios han contado con una Asamblea antiVox dividida: 10 a favor y 10 en contra para reconocer los valores y la defensa que merecen aquéllos que se juegan la vida para atender nuestra salud y, encima son violentamente agredidos. Los antiVox, que se dicen muy solidarios con los sanitarios, como el PSOE, y en el colmo de la incoherencia, votan en contra de una propuesta en su defensa y protección. ¿Como se puede sorber y soplar a la misma vez? Será, como dice un diputado de Vox que hay que pasar antes por la escuela para evitar esos ridículos públicos. Lo estrambótico de la situación es que algunos aún se extrañen porque Vox cuenta con tanto respaldo en tendencia de voto y en razón a que circunstancias las encuestas lo sitúan muy por encima de los demás. Algo habrán hecho mal los otros, pero como no hay autocrítica ni defensa de los intereses generales, ahí están anclados en el despropósito, la fobia, la miseria personal en conceptos e ideales.
Para culminar este despropósito reiterado de comportamientos hay que referirse a un hecho más que revelador: en unos días donde el abastecimiento de mercancías y alimentos es una odisea por la huelga de transportistas autónomos, a un veterinario de la Consejería de Sanidad no se le ocurre otra cosa más acertada que someter a una inspección exhaustiva al operador logístico más potente que abastece a Ceuta con once tráileres diarios. Como si no hubiera nada más interesante que hacer, (en esta Ceuta chiquitita, marinera y sin narcotráfico ni yihadismo), a ver si se le mete el dedo en el ojo y se incordia por capricho a la empresa que está en situación de control de calidad muy por encima del resto de sus competidores al contar con una especialista en este campo. Por ello, el atribulado veterinario hubo de irse con la música a otra parte él que es tan amante de la misma. Qué pena que no ponga tanto celo en las mercancías que llegaban de Marruecos en cualquier transporte precario o las matanzas clandestinas en la Fiesta del Sacrificio o la de la vaca atada a una farola en plena vía pública y a la vista de menores de edad con tan salvaje procedimiento primitivo.La política local con personajes incapaces y obsesivos en su desvarío permanente hacia sus propias fobias, no merece estar manejada por tales individuos.
Y para colmo veo Cuatro «En el punto de mira», donde Fatima Hamed presume de promover el «non grato» de Abascal, con el que dio el campanazo nacional con Vivas de cómplice necesario y dice defender a «todos los ceutíes»: será a todos los que no son musulmanes, ella que ha purgado recientemente a uno de sus asesores, no musulmán, como Alvaro Guzmán, del que dijo en su foro que emprendía un nuevo proyecto. Sí, el proyecto del paro. Ahí lo mandó esta defensora de los más vulnerables en su farsante ideología, donde hizo la payasada de acudir a Valencia con la progresía de ultraizquierda «podemista», como si ella defendiera los mismos postulados LGTBI, aborto, y demás. Nunca más la llamaron alarmados por sus creencias nada progresistas. Cabe mayor engaño? Como el de Germinal Castillo ese declarado socialista y masón que en un ejercicio torticero también dijo en Cuatro que «ningún ser humano es ilegal». Qué bonito! Amigo progre, lo que es ilegal es el forma de acceder a un país clandestinamente o por la fuerza. No desvirtúes los términos ni te dejes atrapar por la ideología manipulada. La ilegalidad es alusiva a la forma de traspasar nuestras fronteras, sin documentación y por la fuerza. No desvaríes, por mucho que seas de la Cruz Roja.